LA FOTOGRAFÍA:

LA FOTOGRAFÍA:
“La fotografía es, antes que nada, una manera de mirar. No es la mirada misma”. Susan Sontag (1933–2004)

sábado, 27 de marzo de 2010

*FOTO SEMANAL.(Semana 13 /2010.).:"Abandono" (II).Dedicado a Laura Gomez Recas.























Dios no me avisaba cuando mis manos abrieron sus palmas,


ni estuvo junto a mí cuando la selva y los humedales
encerraron sus raíces dentro de la garganta de las lumbres,
encendidas en horas lentas de madrugada
y mantenidas vivas con la voz desangrada.


Dios no se llevó mi candor en un bolsillo, lo dejó entre mis piernas
como si fuera un lugar decente para tanta inocencia,
y se despreocupó de mis llantos nocturnos y de mis dudas.
Dios como es dios puede dejarte en la estacada,
permitirse el lujo de la desidia aplicada a la ecuación de mi ser.


Yo soy todo lo que soy. En una mano se ven todas mis cartas.
Dios lo sabe y me deja jugar a la intemperie del tapete,
sin el resguardo que con la banca da templanza y da tiento.


Dios no sabe que hoy estoy llorando.
Ni me mira, ni me habla, ni le importo.
Está ocupado. Debe estarlo, aunque lo dudo.
Dios es un puto incompetente
que me tiene harta con tanto pan de oro
para ceñir un sagrario de pan ácimo,
mientras yo tengo el velamen podrido del pirata
atado a la garganta muda y sujetando mis brazos
para que no pueda nadar hacia la orilla.


Le da igual.
Mira hacia otro lado y se hace el interesante con mi vida.
El libre albedrío es un turno de vacaciones para él;
para mí, es el verdugo que se dedica a empalar
todo cuanto toco que me viene empaquetado
como un regalo y llega a mí en calidad de privilegio.


Dios me concedió el don de los senderos abiertos,
de la vista excelente que hurga y humilla la opacidad,
de los lirios silvestres que trabajan la esperanza,
de la palabra, dulce y mágica, silenciosa y penetrante.
No.
Quédate este harapo que me envuelve y que me mancha,
quédate las migas que me tiras,
vístete con la carne y envuelve el alma en la razón,
siente cómo se despeñan las trizas que te componen,
cómo la verdad más que una lanza
es una ramera que exhibe su sexo sucio
como señuelo para que el fango de sus gemidos cubra tus pies.


Huele, ama, sufre, besa, traga la saliva sobrante del llanto
y despiértate de una puñetera vez, a jarrazos en la cara,
levanta tu trasero del cómodo terciopelo decimonónico y remángate,
aunque ya sea tarde para que mi conciencia te hable.
Se me acabaron las consignas de auxilio para llamarte.
Soy insignificante, pero lo soy con categoría de diosa de mí misma
para sumarme y restarme cuando me dé la gana,
sin que tú ni nadie tengáis por qué meter los dedos en mis venas
y arañar lo único que mantiene vivo mi cerebro.
*(Autora: Laura Gómez Recas, amiga y excepcional poetisa)
http://lauragomezrecas.blogspot.com/

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